Los países de la OCDE necesitan crear 14 millones de puestos de trabajo para recuperar la situación de empleo anterior a la actual crisis.Y es que un total de 48 millones de personas estaban sin trabajo en mayo pasado, lo que elevaba el índice de desempleo de la OCDE al 7,9 %, y los autores del informe calculan que el paro en los países de la zona del euro aumentará en los próximos meses y solo se estabilizará en 2013. [pullquote]En Canadá el sistema de subsidios a los parados dura más durante épocas de recesión y menos meses cuando es menos difícil encontrar un empleo[/pullquote]
Eso significa que ahora están en paro 15 millones de personas más de las que lo estaban antes del comienzo de la crisis, en diciembre de 2007, asegura la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La organización advierte de que la marginalización de los que llevan tiempo sin trabajo ha aumentado, un fenómeno que vincula con la falta de una recuperación firme de la economía y destaca la divergencia de las tendencias en el aumento del paro.
Así, se ha mantenido en el rango de entre el 3,5 y el 5 % en Australia, Austria, Japón, Corea del Sur, Luxemburgo, México, Holanda, Noruega y Suiza y ha descendido considerablemente en Alemania, donde pasó del 8,2 % de finales de 2007 al 5,6 % de mayo pasado. Por otro lado, destaca los otros nueve países donde alcanza índices de dos dígitos: Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Portugal, Italia, República Eslovaca y España.
El informe estima que la mejora del mercado laboral depende mucho de la recuperación económica, por lo que en ella influyen factores que no están bajo el control de las autoridades que gestionan políticas dirigidas a reducir el número de parados.
Recomienda la organización que los países adopten medidas «apropiadas» de política macroeconómica, entre las que destaca las que contribuyan a «estabilizar el sistema bancario europeo».
Además, estima que tiene que haber una relajación mayor de la habida hasta ahora de la política monetaria, con el fin de que ésta contribuya al crecimiento económico en el corto plazo.
La OCDE señala que es importante que los países miembros eviten repetir el error de utilizar las jubilaciones anticipadas o las contribuciones por discapacidad y enfermedad como vía para rebajar las cifras de desempleo. «Es esencial evitar repetir ese error, ayudando a los trabajadores sin empleo a que mantengan el contacto con el mercado laboral y para que regresen al trabajo lo más pronto posible», escriben los autores del informe.
La OCDE pone algunos ejemplos de adaptación de políticas a las condiciones macroeconómicas vigentes en cada momento al destacar prácticas como las de Canadá, donde el sistema de subsidios a los parados dura más durante épocas de recesión y menos meses cuando es menos difícil encontrar un empleo.
En Dinamarca y Suiza, señala el informe, los gastos públicos en subsidios a los parados se ajustan de manera automática según el nivel de desempleo. En relación con el creciente desempleo estructural, la OCDE señala que las políticas activas de empleo tienen que estar dotadas suficientemente, y éste es un elemento crucial, puesto que sus presupuestos han crecido menos que lo ha hecho el índice de paro.
La OCDE expresa su preocupación por las consecuencias que las políticas de ajuste aplicadas para reducir el déficit en varios países pueden tener en las políticas activas de empleo, lo que puede empeorar la situación del mercado laboral.
Esa circunstancia puede además «poner en peligro el potencial de crecimiento económico a largo plazo», se asegura en el informe.
Por último, el documento sugiere que políticas de promoción de la contratación aplicadas en el pasado, como la reducción de la fiscalidad que las empresas soportan sobre sus contratados, pueden resultar menos apropiadas en las actuales circunstancias.
Así, los autores del estudio indican que pueden ser más efectivas para reducir el nivel de paro políticas de subvenciones a las nuevas contrataciones que estén vinculadas a un crecimiento neto del empleo.
E inciden en que se deberían favorecer políticas activas de empleo dirigidas a compatibilizar el estudio y la incorporación al mercado laboral de los jóvenes y también que habría que dotar más los programas que hayan demostrado ser más rentables en función de los resultados obtenidos.
Fuente > Expansión