Los emprendedores cada vez tienen más claro que sus estrategias y modelos de negocios no pueden vivir de espaldas a Internet, quedando, para aquellos que no son conscientes, el método de aprenderlo a golpes provenientes del mercado en el que compiten. Para todos ellos, veamos cuales podrían ser los primeros pasos a dar para empezar a trabajar el marketing digital en nuestro negocio.
Fórmate y conviértete en experto. Ya que tal y como nos recomiendan desde C2B para empresas (Campus To Business), la formación, como la que imparten en su master en marketing digital, es en muchas ocasiones un factor competitivo enorme que marca las diferencias entre las empresas que lo hacen bien y aquellas que no consiguen obtener rendimiento de sus inversiones en marketing.
Conoce quién es tu cliente. La base del marketing actual consiste en situar al cliente en el centro, para lo que debes tener muy claro los distintos segmentos de clientes, sus hábitos y sus gustos, para desde ese punto de partida poder plantear todas tus acciones.
Reinventa tu modelo de negocio. Si estás en un sector tradicional tendrás que empezar a pensar en cómo encajar el marketing digital en tu cadena de valor, ya que es muy habitual que al implementar estrategias de marketing digital, las formas en que prestamos nuestros servicios o producimos y vendemos nuestros productos experimenten un cambio.
Conoce lo que hacen tus competidores. Debes empezar a aprender de lo bueno y malo que hacen, es conveniente que hagas seguimiento de sus redes sociales, conozcas sus principales métodos de difusión, identifiques sus campañas más habituales, analiza su página web, qué palabras clave utilizan y cómo se posicionan en Internet, las herramientas que utilizan, etc.
Cuenta con todo el capital humano. Es decir, las personas que tengas a tu alrededor; si eres una empresa sin empleados, relaciónate, busca colaboradores, vete a eventos, interactúa con profesionales de tu sector y del marketing digital, y si tienes empleados, implícalos desde el principio en tus primeros pasos.
Planifica y presupuesta. Empieza a planificar las acciones, aunque sea un plan modesto y a corto plazo, de manera que puedas dejar de lado la improvisación y des cabida a todas las conclusiones que vayas sacando de los puntos anteriores; márcate unos objetivos y establece una serie de acciones accesibles, y sin duda, empieza a dotar un presupuesto de inversión, aunque sea muy modesto, con el único fin de empezar: el camino normalmente se hace andando.
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