Los indicadores macroeconómicos señalan que la recuperación en España se está produciendo a paso lento. El crecimiento del PIB en el primer trimestre fue modesto (0,3%), el consumo siguió su caída en picado (las ventas minoristas se desplomaron en marzo un 8,6%) y el IPC continúa por las nubes, en el 3,8%. A estas cifras se le debe sumar la escasez de crédito, queja número uno de los emprendedores y fenómeno que viene siendo una constante desde que en 2007 irrumpiera la crisis financiera.
La creación de empresas tampoco esté precisamente marchando como sería deseable. Sin embargo, los últimos datos apuntan una leve mejoría: en el mes de abril se registraron 12.000 nuevas compañías en la Seguridad Social, 20.000 respecto a enero. Ello sitúa la cifra total en 1.247.649. No obstante, esta cantidad de negocios registrados no había sido tan baja desde 2003. El pico histórico en el censo de sociedades se registró en 2008. Desde entonces han desaparecido casi 200.000 compañías.
Los datos revelan que las sociedades más proclives a desaparecer son las pequeñas. Así, de las empresas que han abandonado el registro de la Seguridad Social en los últimos 12 meses, el 81,8% tenía menos de diez empleados y el 98,2% no llegaba a los 50. De hecho, el único segmento de compañías que sí ha aumentado es el de las que cuentan con una plantilla superior al millar (se han registrado nueve más que en 2010).
El impacto directo de esta tímida mejoría en la creación de empresas en el empleo es difícil de evaluar. Lógicamente, el hecho de que haya más compañías no puede perjudicar a la cifra de parados.
En los cuatro primeros meses del año se han creado 20.000 empresas y se han dado de alta a la Seguridad Social 213.000 empleados. Si se le atribuye el 100% de las incorporaciones a las empresas nuevas, cada una de ellas habría aportado una media de diez cotizantes.
La cifra podría aumentar en los próximos meses. Según un estudio de la firma de recursos humanos Hays, el 44,6% de los empresarios españoles tiene intención de incorporar nuevos trabajadores a lo largo de 2011. Por otra parte, el 58% de los encuestados dijo no haber reducido los sueldos de sus empleados en 2010, aunque el 53% reconoce haber recurrido a la congelación salarial para evitar la reducción de plantilla.
Fuente > Cinco Días