Son impresionantes los datos del rascacielos: un obelisco de acero y de vidrio de más de 800 metros (la altura exacta se desvela mañana) con 160 pisos, para los que se han utilizado 330.000 m3 de hormigón y 31.400 toneladas de barras de hierro. Será visible a 95 kilómetros de distancia. En realidad, no te venimos a contar lo que podrás leer en miles de blogs sino a desvelarte algo que seguramente verás menos y es qué fuerza humana y a qué precio levanta esta obra. No es oro todo lo que reluce.
Los Emiratos tiene una importante población de inmigrantes –expatriados como se autodenominan- trabajando en la construcción, principalmente de la India (42,5% de la fuerza laboral de los que el 65% son obreros) y Pakistán. Las malas condiciones y los bajos sueldos han llevado a los EAU algunos titulares de prensa no bienvenidos. En Dubai, el Gobierno ha hecho lo posible para garantizar los limitados derechos de tales trabajadores, especialmente asegurándose de que cobran el sueldo a tiempo. No obstante, de cuando en cuando aún ocurren disputas laborales, huelgas y protestas. El sueldo de uno de estos trabajadores ronda los 150 dólares al mes. Trabajan seis días a razón de unas 60 horas semanales. Siendo las tierras en las que Emaar construye prácticamente gratuita, el precio de la propiedad inmobiliaria en Dubai parece en cierto modo desconectada de la realidad.
La situación es tan grave que la legislación laboral en vigor no permite la formación de sindicatos, aunque los trabajadores pueden asociarse para la defensa y promoción de objetivos e intereses comunes. La ley no reconoce el derecho de negociación colectiva; los salarios se determinan por contratos individuales que son revisados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
La próxima vez que le hablen de la torre, no sucumba al poder del oro negro, y explique lo que ocurre en ese país.