La situación actual, de crisis duradera en el tiempo, deriva que personas que en una situación normal no emprenderían están adentrándose en un terreno en el que se sienten muy incómodos y no dominan como es la creación de una empresa. Y es que se adentran, ya sea por la vorágine creada en torno al emprendedor que los empuja o por propia necesidad.[pullquote]No se trata de dominar lo que yo puedo vender sino lo que los clientes están dispuestos a comprar[/pullquote]
Si nos fijamos en la necesidad esta de manera general viene determinada por dos motivos, el económico, se busca el autoempleo como la forma de obtener rentas, y el de utilidad de las personas, cuando es complicado tener un puesto de trabajo a no ser que se lo cree uno mismo. Aún cuando el origen sea este, que por supuesto son buenos motivos para emprender, hay que tener en cuenta que no todo el mundo vale para ello; y es que diariamente nos tropezamos con pseudoemprendedores que se caracterizan por:
- No suelen dominar de casi nada, van buscando respuestas de cosas que debieran dominar, incluso del Core del negocio.
- No se preocupan optimizar su inversión, no buscan varios – muchos- presupuestos de todo lo que van a hacer, de manera que elijan la mejor opción calidad – precio – necesidad, con lo fácil que es, por ejemplo, poner anuncios gratis.
- Tienen una idea, normalmente poco original aunque lo parezca, y ni de cerca tienen perfilado el modelo de negocio.
- No conocen el entorno que rodea su actividad, y es que si bien lo mismo es algo que puedan conocer, no saben lo que realmente ocurre, y por supuesto no saben ni donde están sus clientes, donde trabajan, lo que sienten o lo que verdaderamente necesitan.
- Confunden desde el principio el axioma de no se trata de dominar lo que yo puedo vender desarrollando mi actividad sino lo que los clientes están dispuestos a comprar