Los trabajadores autónomos chinos aumentó un 17,4% en 2010, con 4.777 trabajadores más, en contraste con el estancamiento que en términos generales experimentaron los autónomos extranjeros, que solo aumentaron un 0,7%, hasta 198.932 personas en el mismo año. Frente a la comunidad china, los autónomos rumanos son los que más descendieron durante 2010, con 9,8% menos, seguidos de los ecuatorianos (-7,2%).
En general, el total del sistema perdió 33.068 trabajadores extranjeros en 2010 y el Régimen General perdió 40.731 empleados foráneos.
Por sectores de actividad, la construcción volvió a ser el más castigado, con una pérdida de 5.787 autónomos extranjeros a lo largo de 2010, siendo éste el que mayor porcentaje de autónomos rumanos y ecuatorianos registró. Sin embargo, estas bajas se compensaron con el aumento de negocios de hostería (+5,6%) y comercio (+7,6%).
A pesar de que en el conjunto de España el número de autónomos extranjeros se incrementó, ocho comunidades perdieron empleo autónomo extranjero durante el pasado año: Murcia (-4,9%), Andalucía (-3,4%), La Rioja (-2,5%), Aragón (-2,1%), Comunidad Valenciana (-1,8%), Castilla la Mancha (-1%), Baleares (-0,3%) y Cantabria (-0,3%). En el extremo opuesto, y con crecimientos superiores a la media (0,7%), se situaron Navarra (10%), Cataluña (5,1%), Extremadura (3,9%), País Vasco (2,7%), Asturias (2,4%), Canarias (2,2%) y la Comunidad de Madrid (1%). Con crecimientos, aunque positivos, inferiores a la media, se situaron Galicia (0,5%) y Castilla y León(0,3%).
Más descensos en provincias
Por provincias, 24 de las 50 provincias españolas registraron descensos en cuanto al número de emprendedores extranjeros durante 2010. Ciudad Real (-11%), Málaga (-7,6%), Teruel (-7,6%), Burgos (-6%) y Almería (-5,4%) son las provincias que encabezaron la pérdida de autónomos, con registros superiores al 5%. Mientras, Zamora (+11,8%), Palencia (+11,7%), Navarra (+10%), Jaén (+9,1%), Cuenca (+9%), Barcelona (+8%) y Sevilla (+7,8%) se anotaron ascensos en el número de trabajadores extranjeros por cuenta propia.
Fuente > El Mundo