La TUR es el precio regulado por el Gobierno para el suministro obligatorio a los clientes que no quieren o no pueden buscar otras ofertas en el mercado. Se configura como una tarifa refugio y está reservada para los consumidores que tienen una potencia contratada inferior a 10 KW, segmento en el que se encuentran prácticamente todos los consumidores domésticos.
La puesta en marcha del nuevo sistema implica que todos los consumidores deberán comprar la electricidad a través de una empresa comercializadora. Para facilitar la transición al nuevo modelo, el Gobierno ha designado a cinco empresas, denominadas comercializadoras de último recurso, que obligatoriamente deberán acoger a los clientes con derecho a la TUR que ahora reciben su suministro a través de empresas distribuidoras sin necesidad de que los consumidores hagan gestión alguna.