Caracterizados por ser empresas unipersonales, con escasa inversión, por la dificultad de acceder a financiación, con productos o servicios relacionados con la vida cotidiana y de pequeña facturación y poco margen de beneficios: el necesario para sobrevivir.
En EEUU la mayoría de estos proyectos no llegan a los 35.000 euros de facturación anual. Los negocios que consiguen más de un millón de dólares anuales representan el 27%, el resto factura menos. En cuanto a los empleados, el 79,9% tiene menos de cinco empleados. Sólo el 2% tiene de 50 a 99 empleados.
Jacov Revel, presidente de la Asociación de Negocios de Norte América, explica que este fenómeno es uno de los «cambios radicales» consecuentes del derrumbe económico mundial. «Como en todas las grandes crisis, la gente que pierde su empleo, o necesita más de uno para sobrevivir, suele crear sus propios negocios. Lo hacen generalmente como algo temporal, pero muchas veces se convierte en una empresa que crece y se desarrolla.
Afirma Revel que «Esta crisis va a crear cambios fundamentales. La economía va a tener que ser más eficiente. Las compañías grandes van a recortar gastos y despedir empleados para sobrevivir. La gente tendrá que buscar otros recursos y generar nuevos trabajos por su cuenta»
Fuente > El Mundo