Y es que con la crisis se ha disparado el envío de spam, quizá como resultado a la desesperación ante el descenso de las ventas y los ingresos, teniéndo que recurrir a fórmulas como esta, que en circunstancias normales no se utilizaría.
Sobre todo, lo descatable de esto, es el cambio en la tipología de empresas que lo envia, y es que la empresas españolas han empezado a sumarse al envio de spam, inclusos bancos de toda la vida se han sumado a esta práctica.
Además, ya las empresas no son simples robots que saturan la red, sino que se trata de agencias de publicidad legales que desde hace un par de años han aparecido dedicadas a soluciones publicitarias en Internet, con amplias bases de datos segmentadas y que hacen grandes distribuciones, a veces no solicitadas.
Estas agencias suelen conseguir las direcciones de envío de forma legítima, a través de acuerdos entre empresas, pero a veces usan caminos ilegales y compran, en el mercado negro, direcciones que no han dado permiso para recibir publicidad. Aunque no sean botnets, su forma de distribución es también masiva porque han invertido en máquinas y programas especiales.
Fuente > El País
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