Hace ya un tiempo que desde Emprendemanía hablamos de una burbuja emprendedora, pues para ahondar en esto me gustaría recuperar un par de párrafos de un artículo de Carlos Otto en Teknautas que definen lo que acontece alrededor del emprendedor, que por un lado está bien por la existencia de recursos destinado a emprendedores que lo necesitan, aunque a veces no es lo que necesitan exactamente, pero por otro empuja a emprender a aquellos que no debieran emprender nunca.
Este artículo describe perfectamente la burbuja emprendedora española:
Cuando le dan oficinas, en realidad le dan una mesa y una silla en un edificio sin uso desde hace años; cuando le mentorizan, le dan una charla sobre innovación y emprendimiento a cargo de un funcionario que no ha emprendido en su vida; cuando invierten en su empresa, le ofrecen un dinero ridículo a cambio de un porcentaje altísimo y conservando opciones preferentes en sucesivas rondas de financiación, dificultando así la llegada de nuevos inversores… Al final, uno se da cuenta de que muchas de estas acciones públicas, más que ayudar, acaban perjudicando a los propios emprendedores.
Mientras tanto, toda esta gente construye toda una industria alrededor del emprendimiento: eventos para emprendedores, asesoría para emprendedores, cursos de formación para emprendedores, elevator pitches para emprendedores, coaching para emprendedores, agencias de comunicación para emprendedores…