Es oportuno destacar, que los franceses aplicaron el uso de éste término para identificar a los militares expedicionarios; a los constructores de vía terrestres y por último a los arquitectos.
El término emprendedor le ha sido dada su connotación económica a partir del 1755, por el escritor francés, Richard Cantillón, y desde entonces el término se ha utilizado para identificar a las personas que inician sus proyectos de negocios asumiendo ciertos riesgos e innovando al hacerlo.
Pese a que Adam Smith y Alfred Marshall no se dignaron en incluir el término «emprendedor» en su en sus análisis económico; fue a comienzo del siglo XX que se empezó a reconocer el papel protagónico del emprendedor en el desarrollo de las economías locales, cuando el Austriaco nacionalizado americano influyente economistas de este siglo Joseph Alois Schumpeter, reconoce al emprendedor como el centro del sistema económico, al escribir «la ganancia viene del cambio y el cambio es producido por el empresario innovador». Para Schumpeter innovación es la razon de ser del entrepreneur.
En nuestro contexto el término emprendedor ha sido sustituido por los términos, «emprendedurismo» y «autoemprendimiento», una forma de dinamizar dicho término para ser ajustado a la nueva tendencia de una economía innovadora y descentralizada, generadora de riquezas, de fuente de empleo y desarrollo local, al través del máximo aprovechamiento de los recursos regionales en combinación con el potencial creativo de sus lugareños, en procura de independizar la economía local con la finalidad de elevar la calidad de vida de la gente.
Fuente > Navactiva