Para muestra, botones. La crisis está causando estragos en el empleo; por primera vez en 14 años se están destruyendo puestos de trabajo, y no sólo las PYMES y micropymes se están viendo afectadas, nadie se libra. Si todavía no somos conscientes de lo que esto significa, veamos las frías cifras:
Chrysler eliminará 5.000 puestos de trabajo antes de fin de año; Xerox recortará 3.000 empleos en todo el mundo para mejorar su rentabilidad, aunque no han tenido pérdidas; el banco de inversión Goldman Sachs, transformado en banco tradicional tras la crisis del pasado septiembre, planea despedir a 3.300 empleados; el grupo hotelero Sheraton ha anunciado que prescindirá de un número aún indeterminado de empleos para hacer frente a la ralentización de la demanda de viajes; la empresa farmacéutica Merck pondrá en la calle a 7.200 trabajadores, el 12 por ciento de su plantilla; la compañía española de telecomunicaciones ONO presentará en breve un expediente de regulación que afectará a 1.300 trabajadores; la compañía aérea de bajo coste Ryanair cerrará su base en Valencia y dejará sin curro a 850 operarios; Nissan anunció hace un par de semanas que despedirá en Cataluña a 1.680 trabajadores, el 37 por ciento del total; Lois cierra y se quedan en la calle 435 empleados; General Motors en España echará a 600 trabjadores el próximo año en Zaragoza; y Telefónica quiere recortar 700 empleos, incluso con prejubilaciones para los mayores de 48 años.
Sólo en este párrafo, 24.065 personas se quedarán sin trabajo.
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