Su mostaza son las ventas de publicidad online. Cualquier producto que ayude a que se pase más tiempo en Internet, se visiten más páginas, se hagan búsquedas una y otra vez, se hagan más campañas publicitarias y se muestre más publicidad, es para Google un producto complementario. ¿Qué hace entonces? Entrar en dichos mercados (como el de la telefonía móvil con Android) y hacer sus productos gratuitos, eliminando cualquier barrera para usarlos, y de paso, a las principales empresas del sector. Cuanto más libera otros mercados conexos, mayor control tiene en el suyo. Así, hemos visto con Google Analytics como analizar tu tráfico web, algo que se pagaba y bastante a empresas que daban un análisis de calidad con herramientas propias, se ha convertido en algo gratuito con Google. Y, además, lo hace francamente bien.
El sencillo concepto de organizar la información de Internet se ha ido complicando con el desarrollo del sistema publicitario más lucrativo del mundo online y unos lanzamientos en áreas más o menos relacionadas que han despertado la desconfianza de antes empresas aliadas y ahora rivales. Google sabe lo que busca el mundo y, contando con eso y ofreciendo servicios gratuitos para el usuario, ha construido una estrategia de poder creciente a largo plazo.
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