Esta es una de las conclusiones que se desprende de un informe elaborado por la empresa de trabajo temporal Adecco a partir de los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año.
El estudio refleja, sin embargo, que la mayoría de las pérdidas de empleo entre los inmigrantes se ha producido en los niveles superiores de formación, por lo que, después de haber atraído a estos trabajadores cualificados, la economía española contempla la progresiva fuga de capital humano como un costo más de la crisis.
Poniendo estos dos procesos en cifras, se observa que la pérdida de empleo entre los universitarios fue del 2,6% (177.300 personas) en junio, frente al 13% (394.300 personas) de aquellos con educación primaria. En consecuencia, siete de cada diez personas que perdieron su empleo en el último año tienen, como máximo, un nivel de formación de educación secundaria incompleta.
Desde otro punto de vista, Adecco indica que tres de cada 20 españoles del grupo de personas con menor formación perdieron su empleo en los últimos doce meses, mientras que los de mayor nivel formativo perdieron sus ocupaciones en una proporción de 3 por cada 150 personas.
Las tornas giran en el caso de la población inmigrante, entre la que el mayor nivel de formación no es sinónimo de ocupación. Así, uno de cada cinco extranjeros con educación universitaria está sin empleo.
Así, el único nivel formativo en el cual la participación de los inmigrantes en el empleo se ha incrementado es el de formación básica, en el que representan el 24,1% de los trabajadores, dos puntos porcentuales más que hace un año.
Por el contrario, los inmigrantes que pertenecen al grupo de mayor nivel educativo son los que más vieron disminuir su participación, siete décimas en términos internauales, has el 9,6% de los empleados de dicho nivel.
Fuente > Cinco Días