La UE tiene una de las legislaciones agrícolas más estrictas del mundo. Pero muchos consumidores desconfían de la calidad de los productos procedentes de fuera, sobre todo desde los escándalos registrados en los últimos años en relación con productos alimenticios de importación.
Los agricultores europeos están a favor de las etiquetas porque añaden atractivo a sus productos, tanto en la UE como en los mercados mundiales. Muchos de ellos piden que las etiquetas sean aún más detalladas e indiquen la región concreta de producción.
La comunicación también reclama cambios para aclarar la confusión causada por la proliferación en la UE de otros tipos de etiquetas para los productos alimenticios. Muchos países, productores y minoristas han adoptado regímenes que difieren de los utilizados por la UE.
La Comisión quiere abolir la etiqueta «UE» para identificar y proteger así los nombres de los productos tradicionales. Desde la creación del sistema en 1992, se han registrado tan solo 20 productos, entre los que figuran una empanada tradicional de Finlandia, el queso mozzarella producido según la tradición italiana y algunas cervezas belgas.
También se propone revisar las etiquetas europeas referidas al origen geográfico de un producto. Por ejemplo, el queso Camembert de la región francesa de Normandía, el jamón de Parma italiano, el aceite de oliva griego de Kalamata, el vacuno escocés del Reino Unido y la salchicha alemana «bratwurst» de Núremberg.
Mientras tanto, se está trabajando en un logotipo europeo para los alimentos de producción ecológica, que a partir de 2010 será obligatorio para todos los productos que se vendan como tales en la UE.
Fuente > Comisión Europea