* Sólo fijarse en el corto plazo y no en la planificación a largo
* No tener capacidad de separar la figura personal del propio emprendedor de la del concepto de negocio, cosa que requiere una visión «desde arriba», estratégica.
* Tener descompensado el equilibrio que debe haber entre el corazón y la cabeza
* No tener la capacidad para valorar correctamente el riesgo inherente a cada una de las decisiones a tomar
* No ser innovador y creativo
* Ser desordenado y poco riguroso en el desempeño de tareas
* No conocer el sector en el que se va a desarrollar el proyecto
* No dominar los procesos completos de produccion o de desempeño del servicio
* Ser un mal gestor, particularmente económico
* No tener capacidad de comunicar. Trasladado esto a todos los ámbitos, desde dar a conocer el proyecto empresarial, conseguir financiación o convencer a clientes o a proveedores
* No saber delegar correctamente y no rodearse de las personas complementarias y necesarias para llevar a cabo todo el proyecto del emprendedor
* No ser capaz de ver y anticiparse a situaciones de cambio, cada vez mas frecuentes.
* No tener capacidad de liderazgo, vista esta para liderar la correcta ejecución del proyecto empresarial o de, por ejemplo, de saber motivar a las personas implicadas en el proyecto
Características del mal emprendedor
Partiendo de la base que la palabra emprendedor por definición no debería ser asociada a algo negativo, porque cualquiera que se atreva a serlo ya tiene lo suyo, podemos de manera constructiva hablar de las características que reune un mal emprendedor. Son la siguientes: