En una entrevista publicada ayer por el diario sajón Leipziger Volkszeitung la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaba una “agenda de crecimiento” para Europa que deberá estar lista para la próxima cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea (UE) el próximo mes de junio, tras las elecciones francesas. Entonces, la Comisión presentará un abanico de acciones que van desde capitalizar el Banco Europeo de Inversiones (BEI), acometer proyectos por importe de unos 200.000 millones a través de avales, eurobonos para financiar inversiones o la creación de una agencia europea de infraestructuras. ¿Qué significarían estas políticas?
Finalmente, parece que Alemania ha cedido a las voces que decían que la vía del ajuste y la austeridad no eran las únicas recetas para salir de la crisis, especialmente en países con economías al filo de lo imposible, sino que debía combinarse con crecimiento, innovación y apoyo a los emprendedores. La jefa de Gobierno alemana se suma así a las opiniones que consideran que se debe reforzar el BEI y usar los fondos de infraestructura de la UE de forma más flexible para ayudar a estimular el crecimiento económico en la región.