Casi un 60% de los empleos destruidos en 2011 estaban ocupados por jóvenes de entre 16 y 29 años, según revela la Encuesta de Población Activa (EPA) difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En concreto, de los 600.600 empleos que desaparecieron el año pasado, 356.600 se concentraban en este grupo de edad, principalmente entre los de 20 y 29 años, lo que supone el 59,37% de toda la ocupación perdida en el ejercicio.
Los jóvenes de 25 a 29 años sufrieron la destrucción de 169.500 empleos en 2011 (-8,2%), mientras que en la franja de edad de 20 a 24 años se perdieron 156.000 puestos de trabajo (-15,6%). Entre los jóvenes de 16 a 19 años, la ocupación se redujo el año pasado en 31.100 personas, colectivo que padeció el mayor descenso porcentual, con un -25,2% respecto a 2010.
Sin embargo, en valores absolutos, el mayor retroceso del empleo se lo anotaron los trabajadores de entre 30 y 34 años, con una caída de la ocupación de 185.200 personas (-6,5%). En el resto de franjas de edad también se destruyó empleo el año pasado, salvo entre los de 50 y 54 años, que ganaron 23.100 puestos de trabajo (+1,1%) y entre los de 55 años y más, donde se crearon 62.400 empleos (+2,6%).
La EPA del cuarto trimestre de 2011 refleja un aumento anual del número de parados entre los jóvenes de 20 a 29 años de 70.000 personas. En concreto, los parados de 20 a 24 años aumentaron en 52.400 desempleados (+8,41%), mientras que los de 25 a 29 años se incrementaron en 17.600 (+2,4%). Por el contrario, entre los jóvenes de 16 a 19 años, el desempleo se redujo en 8.900 parados durante 2011.
El desempleo juvenil es uno de los problemas más graves de la economía española. A cierre de 2011, la tasa de paro de los jóvenes de 16 a 24 años se situó en el 48,5%, frente al 42,8% de 2010, lo que supone una diferencia de casi seis puntos. Si se toma en cuenta también a los jóvenes de 25 a 29 años, la tasa de desempleo juvenil (16 a 29 años) se situó al finalizar el año pasado en el 36,4%, frente al 32,8% de 2010.
Fuente > Eroski Consumer