Cuando vamos al banco o a la Caja de Ahorros tenemos dos opciones: saber o no saber; si sabemos podremos valorar con criterio la información que se nos facilita a la hora de contratar un producto financiero; y si no sabemos, nos arriesgamos a tener un producto financiero no acorde a nuestras necesidades o lejos de nuestras posibilidadades.
Un claro ejemplo: en ocasiones los bancos, según qué sucursales, omiten información sobre los prestamos ICO y los microcréditos para emprendedores, y en cambio ofrecen a aquella persona que quiere abrir un negocio préstamos personales o líneas de crédito, con la desventaja que esto supone, ya que los primeros son «menos beneficiosos» para la entidad financiera.
La OCU acaba de denunciar esta situación ya que muchas entidades financieras no ofrecen los productos más adecuados a los clientes, y que la normativa destinada a mejorar la información y asesoramiento al inversor minorista, la Directiva Europea MIFID, cuyo plazo de adaptación acabó el pasado 20 de junio, ha resultado ser un chasco. El objetivo de esta norma es proteger al inversor minorista de servicios financieros, de forma más eficaz, de la mala actuación de bancos, agencias de valores, comercializadoras de fondos, etc., en la información y asesoramiento de inversiones.
La OCU acaba de denunciar esta situación ya que muchas entidades financieras no ofrecen los productos más adecuados a los clientes, y que la normativa destinada a mejorar la información y asesoramiento al inversor minorista, la Directiva Europea MIFID, cuyo plazo de adaptación acabó el pasado 20 de junio, ha resultado ser un chasco. El objetivo de esta norma es proteger al inversor minorista de servicios financieros, de forma más eficaz, de la mala actuación de bancos, agencias de valores, comercializadoras de fondos, etc., en la información y asesoramiento de inversiones.
Si queremos evitar sorpresas he aquí 6 consejos para no caer en las «trampas» del banco:
- No tener «fe ciega» en lo que dice la entidad.
- Procurar acudir con una idea aproximada de lo que se quiere en cuanto a riesgo y rentabilidad.
- No firmar nada en una primera visita sin reflexionar o consultar, si fuera necesario, previamente.
- Si se está interesado en algún producto concreto, informarse sobre: si la rentabilidad depende de algún factor externo o es un porcentaje invariable; si se puede rescatar la inversión en cualquier momento y con qué coste; cómo se declaran las ganancias; qué gastos tiene que suscribir y mantener el producto.
- Prestar especial atención al contrato con todas sus cláusulas.
- Comprobar qué tipo de contrato se firma. No es lo mismo un contrato de depósito y administración de valores que uno de gestión del patrimonio.
Fuente > Organización de consumidores y usuarios (OCU)
Foto | Jessica DeWinter