Por tanto, si le pidiéramos consejo a un experto en crisis sanitarias sobre la situación de emergencia que afecta a las pymes españolas, éste podría proporcionarnos siete pautas como las que siguen:
1.- El objetivo es salvar vidas: en casos graves se han de emplear técnicas terapéuticas agresivas que pueden dejar secuelas pero salvarán la vida del paciente. La aplicación de un torniquete (o ERE o venta de activos, etc.) dejará con toda seguridad serias secuelas en el paciente pero en ocasiones puede salvarle la vida.
2.- Es imposible que la ayuda llegue a todos los afectados cuando las necesidades son muy elevadas: la “autoayuda” será un factor esencial de supervivencia. Asistir a un seminario de primeros auxilios financieros no garantiza la supervivencia pero puede ayudar.
3.- Es preciso concienciarse de que habrá bajas. Puesto que las autoridades tienen la responsabilidad de evitar que una situación grave degenere en pánico y caos, su mensaje será irrealmente tranquilizador y reconfortante. Si las autoridades gritasen ¡Vamos a morir todos! no serían de gran ayuda (¡aunque lo piensen!). Por otra parte, la responsabilidad de las víctimas es procesar de forma crítica la información que reciben y tomar sus propias decisiones.
4.- El elevado riesgo de contagio limitará la asistencia financiero-sanitaria. Como en muchas crisis sanitarias, en esta crisis financiera el riesgo de contagio víctima-auxiliador es muy elevado. Mientras no se garantice adecuadamente la seguridad del auxilio, éste se mantendrá al margen: el gobierno puede insistir en que la banca auxilie a la economía real, pero ésta tiene que protegerse respecto a la posibilidad de contagio.
5.- La formación y el reciclaje del personal de asistencia es imprescindible. La medicina de emergencias es muy diferente de la medicina general: desde luego no se trabaja igual con los medios y comodidades de un hospital que con la precariedad de medios de una ambulancia o un hospital de campaña. Pero en todo caso las dificultades no pueden conducir a la inactividad.
6.- Prioridades: las mujeres y los niños primero. La maximización del beneficio social es importante: las autoridades debieran implementar programas de ayuda sectoriales para defender aquellas empresas que operan en nichos de actividad estratégicos.
7.- Darwin, la evolución de las especies. El último punto puede ser incluso cruel, pero es igualmente importante: aquellos que demuestren capacidades para sobrevivir en medio de la crisis, ocuparán el espacio de los más débiles (o menos afortunados). Cuando las ventas de cremalleras bajan y obligan a cerrar a la mercería de enfrente, nuestra mercería incrementará su cuota de mercado.
Lo que hay que intentar por todos los medios es no ser “la mercería de enfrente”.
Fuente > Expansión
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