Hoy vamos a hablar de una realidad desconocida si no has emprendido nunca y que seguro le suena a aquella persona que está intentando crear su empresa o por lo menos tiene una idea martillándole en la cabeza es lo que yo llamo la «Rapiña de emprendedores”
Y es que en los meses previos a la apertura de negocio y hasta que el emprendedor no coge el bagaje necesario para moverse en su nuevo entorno económico, se genera alrededor de su figura un auténtico torbellino de proveedores, servicios, presupuestos, ofertas, etc. que si no se gestiona bien supondrán una auténtica losa para él a corto plazo.
De que va la ‘Rapiña de los emprendedores‘
Es fácil, dramatizando un poco, el emprendedor es una cría de una especie: los empresarios, que en sus primeros meses de vida es frágil, inexperto, débil y que, si en esos momentos es zarandeado y golpeado cruelmente puede quedar malherido e incluso en los peores de los casos morir.
Trayéndolo a lo terrenal, el emprendedor que está preparándose para abrir o lo ha hecho recientemente, tiene una lista de inversiones, una obra que hacer, unos contratos por la prestación de servicios que realizar, una promoción pendiente, unos seguros que contratar, unos suministros que comprar, etc. Pues la rapiña es lo que intentan hacer algunas – sólo algunas – de las personas o empresas que ofrecen lo anterior, dispuestas a conseguir que el emprendedor pique y adquiera algo que verdaderamente no necesita o pague un valor que, o no se puede permitir o es superior al de mercado.
Y ¿qué puedo hacer?
Como emprendedor puedes salir ileso de esta situación siguiendo los siguientes consejos:
- Diseñar, y tener actualizado y al día, una estimación de gastos, que le permita evaluar sobre la marcha si determinado nuevo coste es soportable por la economía del negocio, teniendo claro cual es el margen de beneficios mínimo o la cantidad máxima de gastos que se pueden soportar.
- En los meses previos, intentar presupuestar los costes de manera generosa, ya que lo normal es que los costes de inversión y los gastos en la realidad serán algo mayores a lo que el emprendedor medio cree, pudiendo llegar a incrementarse hasta un 30%. Ni que decir tiene que si después son menores, no pasa nada.
- Todo aquello que necesitas contratar presupuéstalo por varias empresas proveedoras distintas y no solo valores el precio, sino pregunta bien que características y que incluye el servicio o producto a comprar o contratar, de manera que elijas lo que buscas, no el primero que aparezca o algo que no necesites.
- Tener siempre presente la máxima de que los gastos sean aquellos necesarios e imprescindibles para conseguir de manera directa los ingresos.
- Ten cintura y paciencia para esquivar las envestidas, ya que aunque tengas que decirle a algún proveedor que no, debe ser de la mejor manera posible, para que la imagen de nuestra nueva empresa, si bien débil, quede intacta.